Il n'est pas donné à tout le monde d'aller à Barcelone


En una famosa pintura de 1916 Francis Picabia escribió: "Il n'est pas donné à tout le monde d'aller à Barcelone". No me extraña que estas palabras, que parecen situar nuestra ciudad en el lugar selecto y distinguido que se merece, al alcance no de todos sino de unos poco, los verdaderos modernos, hayan sido casi siempre interpretadas como un homenaje, como una prueba más de las afinidades que existían entre Piacbia y Barcelona y, por extensión, entre Barcelona y la vanguardia. Se olvida, sin embargo, que con ellas Picabia estaba parafraseando una célebre máxima clásica ("Non licet omnibus adire Corinthum": "No todos pueden ir a Corinto"), que se refería a las míticas putas de aquella ciudad antigua, a la extraordinaria leyenda que hacía de las putas de Corinto las más caras del mundo, de forma que no cualquiera, en efecto, podía pagarlas. Aunque no creo que las putas de Barcelona fuesen las más caras, sí que eran, en cambio, legendarias, o al menos legendario era su barrio, el Barrio Chino, y sin duda es de eso de lo que trata el cuadro de Picabia. Putas o vanguardistas: una modernidad no va por la otra, ni siquiera en Barcelona.

Destrucción de Barcelona
Juan José Lahuerta

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